Las algas son organismos que hacen la fotosíntesis y que por lo tanto producen oxígeno, y que disponen de clorofila similar a la de las plantas. Pertenecen al reino chromista (integrados en el reino protista) y su tamaño resulta muy variable, desde las enormes algas marinas de varias decenas de metros a las especies microscópicas que habitan el suelo. Todo y que requieren de luz y de cierta cantidad de agua para sobrevivir, las algas se encuentran en todos los ambientes terrestres, y son la base alimenticia de protozoos, nematodos, ácaros y lombrices de tierra. Su reproducción puede ser sexual o asexual.
Las algas se asocian a los hongos para formar líquenes, organismos más complejos que contribuyen a la mejora biológica de los silicatos mediante la excreción de ácidos orgánicos, proceso básico para convertir las rocas en tierra.
Clasificación de las algas del suelo
Existen tres grupos principales de algas en el suelo:
Algas verdes
Las algas verdes contienen clorofila a y b, disponen de una pared de celulosa y pueden ser unicelulares o formar largos filamentos de células. Estas algas, a diferencia de las diatomeas o las algas verde-amarillentas, almacenan sus productos fotosintéticos en forma de almidón, parecido a lo que sucede con las plantas y motivo por el que las algas verdes podrían llegar a considerarse plantas, a diferencia de los organismos fotosintetizadores del grupo cromista, que no almacenan almidón.
Diatomeas
Las diatomeas son organismos unicelulares que contienen pigmentos fotosintéticos, como las clorofilas, los carotenos y los xantófilos, y almacenan el producto de la fotosíntesis en forma de aceite. Estos organismos presentan un color marrón debido a que las clorofilas son enmascaradas por el resto de pigmentos.
Las diatomeas tienen un exoesqueleto de sílice y pectina que resiste la degradación, así pues, al morir una diatomea sus paredes celulares permanecen intactas largo tiempo. Estas paredes celulares de sílice son muy duras, más que los exoesqueletos de los insectos, y por este motivo el sustrato llamado “tierra diatomácea” se usa como insecticida, aplicándolo alrededor de las plantas y cuando los insectos se acercan a éstas, los exoesqueletos de diatomeas presentes en la tierra cortan el de los insectos, hiriéndolos de gravedad.
Algas verde-amarillentas
Este tipo de algas contienen xantófilos, carotenos y clorofila, y tienen una pared formada por pectina, aunque algunas también pueden contener sílice. Se encuentran como organismos unicelulares o formando filamentos y también almacenan el producto de la fotosíntesis en forma de aceite.
Población de algas
En el suelo, las algas son más numerosas que los protozoos o la macrofauna, pero su población es menor que los procariotas (bacterias y arqueas). Las formaciones de colonias de algas varían entre 103 y 106 unidades formadoras de colonias/gramo de suelo, siendo habitual que estas algas aporten entre 7 y 300 kg a la biomasa del suelo. Eso sí, la población de algas varía según el tipo de suelo: en suelos templados las algas verdes son más abundantes que las diatomeas, y éstas a su vez son más numerosas que las algas verde-amarillentas; en suelos ácidos predominan las algas verdes, y en suelos neutros las diatomeas.
Las algas se encuentran en las capas más superficiales del suelo, con acceso a agua y luz, aunque pueden hallarse algas hasta un metro de profundidad, pero que seguramente estarán inactivas, se encontrarán en estado de reposo. Las algas también pueden ser endolíticas (que se encuentran dentro de las rocas), principalmente en rocas areniscas y calizas, dónde el agua y la luz pueden penetrar.
Esquema de los distintos ambientes litobiónticos: ambiente epilítico (hábitat correspondiente a la superfície de la roca), ambiente hipolítico (hábitat colonizado por debajo de la roca en contacto con el suelo) y ambiente endolítico (hábitat lítico que se encuentra en el interior de las rocas; este representa el principal hábitat en los desiertos hiperáridos).
Fuente: Microbios en acción, biodiversidad invisible con efectos bien visibles, VV.AA. (2012).
Factores ambientales
La temperatura es un factor esencial para las algas, perdiendo actividad la mayoría de ellas en la época hibernal. Sin embargo hay algunas algas que proliferan a temperaturas cercanas a los 0ºC.
El agua resulta esencial para las algas, aunque pueden sobrevivir con cantidades ínfimas de agua. La fertilidad del agua tiene un efecto directo sobre la abundancia de las poblaciones de algas, siendo la carencia de nutrientes como nitrógeno, fósforo y potasio que pueden afectar a su crecimiento.
En el caso de la sal, algunas algas pueden adaptarse bien a ambientes con elevadas concentraciones de sales, ya que bombean iones de sodio (Na+) extraídos de la célula e iones de potasio (K+) al interior de ésta. El potasio es mucho menos dañino para las algas, proporcionándoles un equilibrio osmótico y ayudando a las células a retener agua en ambientes salinos. Por ejemplo, una alga unicelular, la Dunaliella salina, puede crecer en soluciones que contengan hasta un 44% de sal.
Esquema de los cambios que se producen en la microbiota de salinas solares. En la parte inferior se indican los microorganismos fotosintéticos (con clorofilas) presentes a las distintas salinidades.
Fuente: Microbios en acción, biodiversidad invisible con efectos bien visibles, VV.AA. (2012).
Dunaliella salina es una alga verde halófila, que sintetiza el beta-caroteno (el colorante natural de la zanahoria) para protegerse del Sol, y es ese color el que predomina en las explotaciones salinas para producción de sal. A su vez, Dunaliella es el alimento del crustáceo Artemia salina, y éste a su vez es el alimento del flamenco común (Phoenicopterus roseus), el cual obtiene su colorido rosa de esta cadena trófica. Salinas de Aigues-Mortes, Parque Natural Regional de la Camarga, Francia.
Los herbicidas reducen las poblaciones de algas en el suelo; mientras que el uso de pesticidas e insecticidas puede estimular de sobremanera la población de algas debido a la eliminación de sus depredadores naturales.
Un exceso de nutrientes en el medio acuoso, principalmente fósforo y nitrógeno, puede elevar la población de algas de manera exponencial en el proceso denominado como eutrofización.
Las funciones de las algas en el suelo